México, 14 abr (Prensa Latina) La campaña comicial en México al rojo vivo, se calentó hoy más con la decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) de quitar la candidatura a gobernador de Guerrero a un aspirante del partido Morena.
Después de varias horas de sesiones, y con la presión de un grupo de seguidores de Félix Salgado Macedonio movilizados hasta altas horas de la madrugada frente a la sede del INE, el consejo votó seis a cinco a favor de sacarlo del registro de aspirantes y también a su colega por Michoacán, Raúl Morón.
Toda la batería de los partidos de oposición se unieron para atacar a los dos morenistas como si hubieran cometido una falta extremadamente grave y sin alternativas de otras sanciones como la multa, algo que había sugerido o insinuado unos días antes el Tribunal Electoral.
Salgado fue atacado primero con una campaña mediática para desprestigiarlo con acusaciones no probadas de acoso sexual que fracasaron, y luego por no declarar en tiempo un gasto de dos mil dólares en su campaña que fue tipificada de violación fiscal.
Aunque la falta podría castigarse con diversas sanciones, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, uno de los líderes del instituto más adversos al gobierno, optó por defender la más radical de todas, separación del registro.
Esa decisión explosiva avivó las discrepancias de Morena con el INE, de quien el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene muy mal recuerdo por el despojo que perpetró contra él en las elecciones de 2012 al conceder finalmente la victoria al expresidente Felipe Calderón.
El mandatario no descartó una iniciativa para reformar la institución, según dijo en su conferencia de prensa matutina de ayer.
Ante las acusaciones del gobierno, Lorenzo Córdova negó que la resolución haya sido parcial, al asegurar que «el INE no está en contra de nadie de ninguna fuerza política, ni de ningún actor político», pero el líder de Morena, Mario Delgado, insistió en acusarlo de parcialidad en favor de los opositores.
Hay temor de que se concreten amenazas de Salgado de realizar movilizaciones populares en Guerrero para rechazar la decisión del INE, aun cuando el propio López Obrador aboga por el uso de medios de protesta que no inciten a la violencia.